martes, 22 de septiembre de 2009

MONAGUILLO EN LOS PADRES OBLATOS


"Fachada de antigua parroquia Padres Oblatos"

En la parroquia San José Obrero “Padres Oblatos” fui monaguillo, todas las tardes después del ensayo de la banda del colegio Eguren, corría para ayudar al padre Javier a celebrar la misa de seis de la tarde. Años más tarde, donde se celebraba la homilía, presentaba eventos culturales y políticos. Al final de estos actos culturales pasábamos la bolsa para sufragar los mínimos gastos ocasionados.Del mismo modo lo hacíamos en el teatrin “Justicia y Paz” de la Santísima Cruz, el ex sacerdote Víctor Ferrer, párroco entonces, apoyaba a las movimientos juveniles del distrito, cediéndoles espacios en la vieja casona de dos pisos de quincha y barro y salón parroquial donde ahora funcionan el refectorio infantil y la pollerìa “Rocky” Mi juventud, siempre fue la búsqueda de la igualdad de oportunidades, vivir en una sociedad justa, con opción a la educación, trabajo, salud y el desarrollo comunitario.Poreso participaba en cuanto movimiento juvenil me era posible hacerlo, siempre comprometido con las luchas y reinvidicaciones sociales. En Barranco sabemos quienes somos y que hacemos.(Continuará)

LA CALLES DE BARRANCO SON TESTIGOS


"En la carniceria de Silvio ahora funciona una ferreterìa"
Las calles barranquinas, son testigos de mis vivencias de infancia, adolescencia y juventud. Desde niño aprendimos a ganarnos nuestro dinero, ayudando al carnicero Silvio o vendiendo plátanos, marcianos, ruda y flores en el mercado de la avenida Roosevelt. También, pertenecimos al grupo Scout 103 “Siempre listos” y nos reuníamos en el teatrìn “Justicia y Paz” de la parroquia Santísima Cruz. Mì patrulla se llamaba “zorro”, de lema “ágil, astuto y engañoso” Shimabukuro, el Guía Mayor, los compañeros scout que recuerdo: Oscar Ganaja, Parreño, León, él gordo Novara, Juan Sheput, Edmundo D’angelo, Ricardo Vásquez, José Elice Navarro, San Julián y Oscar Hamada, quien nos llevaba a almorzar, después de las reuniones sabatinas, al restaurante de su papá, ubicada en la avenida Grau, ahora en ese lugar funciona un tragamonedas y al frente el Banco Scotiabank.

CON MI FAMILIA EN EL EX ZOOLOGICO DE BARRANCO


"Con mis padres y hermanos en el ex zoologico"
En Barranco me conocen. Aquí estudie primaria, en la lagunita me tome fotos con mi uniforme caqui, para matricularme en el colegio fiscal 676 “Manuel Montero Bernales” Laura Zambrano Padilla, fue mi profesora. En la Gran Unidad Escolar “José María Eguren” cursé la secundaria, Gilberto Mejìa Villalobos “paperòn” era director y Lorenzo Joya Tardillo “el negro Joya” profesor de la mejor banda de música y guerra de los colegios del cono sur. En la foto de izqu a der:Sofìa,Javier,de perfil goyo,mi mamà Marìa,Doris,Sonia de pie mi papà Edilberto.

LA BODEGA DE DON ALBINO ESQUINA DE PELOTEROS


"Don Albino en su bodega"

Don Albino, y hermana atendían en su bodega, ellos daban “yapa” cuando le comprabas. En la puerta de la bodega, se paraban los peloteros del barrio, Pitìn y Andrés Zegarra, Lara, y después se le unían, Perico Leòn, Sotil y Cubillas.Allí nací yo, en el corazón de Barranco, de gente emergente, de tradiciones, pobreza, luchadores, de hombres que se forjaron por voluntad y por los designios de Dios. Y sigo viviendo en Barranco, nunca me mude y ni pienso hacerlo.Conozco mi distrito, las calles, el ex zoológico, los ex cines Raymondi, Balta, Zenit, Premier y Barranco, el puente de los suspiros, la bajada de los antiguos baños, la soga que los bañistas sujetaban para disfrutar de las aguas de las playas barranquinas, los caracoles, las sombrillas, los pavos, barranquito, la “Ermita” del padre sin cabeza, la cancha “Unión” y el malecón donde paseábamos por las tardes.

lunes, 21 de septiembre de 2009

EN BARRANCO NACI YO


"Actual fachada del callejon de talana"

Yo nací entre la bulla de la vitrola, de los disco de carbón, que daba paso al picka, de aquellos que por S/.1.50, el chino de la esquina de Salaverry y el parque Raymondi, alquilaba con discos de acetato de 45 y 33 revoluciones. Era la madrugada del 20 de agosto del año 60, en la calle Talana, en el cuarto siete, callejón de un solo caño, alegre y jaranero. La comadrona, partera o doctora como la llamaban, “Billingüst”, curtida en estos menesteres, a pesar de estar postrada en silla de ruedas, fue quien ayudo a parir a mi madre. Un ralo, pero sano, bebe, el número ocho de los once hijos de la familia Azabache Mera, llegaba a irrumpir al mundo. En aquel año, dejaban la botella de leche en la puerta de tu casa y después venían a cobrarte o más tarde pagabas en el depósito del lechero. Por las calles, se escuchaban algunos pregones ¡revolución caliente! un viejo morocho, con cachucha en la cabeza, lámpara de pretromax, alforja de tocuyo de color blanco en la espalda, vociferaba a las seis de la tarde por las estrechas calles del barrio talanero.